La vagina es la única parte del aparato reproductor femenino que se encuentra en contacto con el exterior, por lo tanto, hay que prestarle especial atención y cuidado. La presencia de una protuberancia en la vagina puede tener diferentes causas, y por tanto hay que comprobar sus características para aplicar el tratamiento adecuado a cada caso.
En la mayoría de los casos, notar una protuberancia o bulto en la vagina no tiene por qué significar la presencia de cáncer u otras enfermedades graves. Debido a que la vagina es una zona muy delicada, es habitual que aparezcan pequeños quistes debido a la irritación de la piel.
Otras protuberancias que se puede producir en la vagina son los llamados “quistes del conducto de Skene”, que se producen en la uretra y no tienen consecuencias graves. Más seria es la aparición de quistes de Bartholin, que se producen en los labios menores de la vagina y pueden llegar a tener el tamaño de una nuez en poco tiempo, por lo que suelen requerir la intervención de un médico para drenarlos.
El herpes es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, y una de sus consecuencias es la aparición de llagas y ampollas en la zona genital que producen picores y escozor, y deben tratarse con antivirales. También es una ITS el virus del papiloma humano, y los subtipos 6 y 11 del mismo pueden producir verrugas genitales, pequeños protuberancia de tacto áspero que se eliminan con métodos de congelación.
En cualquiera de estos casos lo más recomendable es la consulta inmediata al médico especialista o al ginecólogo, que puede realizar las pruebas necesarias para determinar la causa del bulto en la vagina y seleccionar el tratamiento más adecuado.