¿Puedo tener sexo durante el embarazo sin tener riesgos? ¿Mi pareja no se sentirá cohibida con mi nuevo aspecto? ¿Cuándo no conviene tener relaciones? La respuesta es: El embarazo no tiene por qué ser sinónimo de abstinencia sexual.
Ventajas del sexo en el embarazo
Aunque muchas culturas y religiones han proscrito a lo largo de los siglos el sexo durante el embarazo, los médicos somos hoy en día unánimes: mantener relaciones sexuales durante la gestación no supone un riesgo añadido ni para la madre ni para el futuro bebé, si tu embarazo transcurre con normalidad. Por tanto, el embarazo no es excusa para renunciar al sexo durante nueve meses.
Y es que además del relax y el placer que producen, las relaciones sexuales durante el embarazo refuerzan la complicidad entre la futura madre y su pareja en un momento en que los cambios físicos y el nuevo papel de futuros padres generan mucha inseguridad y dudas. Eso sí, según pasan las semanas, habrá que ir adaptando las relaciones al ritmo de crecimiento de la barriga, sobre todo en el último trimestre, cuando el volumen obliga a dar rienda suelta a la imaginación con las posturas y a ciertas precauciones.
Contraindicaciones médicas del sexo en el embarazo
Como regla general, las relaciones sexuales durante el embarazo sólo están contraindicadas en aquellos casos en los que el útero necesita reposo, bien por amenaza de aborto o parto prematuro, rotura de la bolsa amniótica o placenta previa. Pero sólo esto. Las caricias y los intercambios de otro tipo siguen siendo válidos y posibles.
Las relaciones sexuales en la gestación están contraindicadas en los siguientes casos:
* En el primer trimestre, cuando exista riesgo de aborto y sea aconsejable reposo para el útero. Aunque contrariamente a lo que muchas parejas puedan pensar, no tiene nada que ver con las posturas o la posibilidad de dañar al feto durante el coito: lo que sucede es que durante el orgasmo femenino se producen contracciones provocadas por una sustancia contenida en el semen, la prostaglandina, precursora de la oxitocina. Esta es la misma causa que explica por qué se recomienda tener relaciones sexuales en el caso de que se haya pasado ya la fecha prevista del parto.
En el segundo y tercer trimestre, cuando haya amenaza de parto prematuro o bien rotura de la bolsa. En este último caso, se trata de prevenir el riesgo de infección, por lo que se indica reposo y tratamiento con antibióticos.
En caso de placenta previa, que, en lugar de estar colocada en la parte superior del útero, se desplaza y tapona parte del cuello del útero.