Las ecografías son algo más que las primeras imágenes que tendrás de tu bebé. Además de permitir vigilar la evolución del embarazo, puede develar anomalías fetales.
En un embarazo normal o de bajo riesgo, se recomienda realizarse tres ecografías, una por trimestre. La primera entre las semanas 11 y 14, la segunda entre la 18 y la 22 y la tercera entre la 32 y la 36.
Ecografía de la 11-14 semana
Proporciona información sobre la vitalidad embrionaria, sobre el número de embriones y sobre el tiempo de embarazo, a través de la medida de la longitud del embrión (CRL), de una manera muy fiable. Es además una ecografía muy importante porque en ella medimos la translucencia nucal, parámetro que entra a formar parte del cribado de cromosomopatías del primer trimestre.
También es muy necesaria, porque, en la actualidad, con la mejora de los equipos y con la mayor experiencia de los ecografistas, podemos ver más estructuras fetales, lo que nos permite detectar algunas anomalías precoces. También sirve para evaluar el aparato genital interno materno y descartar patologías como miomas uterinos o quistes de ovario.
Ecografía de la semana 20
Se realiza entre las semanas 18 y 22. Se llama también ecografía morfológica. Es el momento óptimo para hacer un estudio detallado del feto: porque ya es lo suficientemente grande, porque tiene desarrollados prácticamente todos sus órganos y sistemas y porque existe una buena cantidad de líquido amniótico, imprescindible para poder realizar una valoración ecográfica adecuada.
En esta ecografía, la más importante de todo el embarazo, además de consignar la localización placentaria, la posición fetal y las medidas del feto, hacemos un rastreo minucioso de toda la anatomía fetal (cabeza, cara, columna vertebral, abdomen, tórax, corazón y extremidades) en busca de posibles anomalías.
Ecografía de la semana 32-36
La ecografía del tercer trimestre va encaminada, fundamentalmente a determinar la estática fetal (posición del feto dentro del útero), la localización de la placenta, la valoración de la cantidad de líquido amniótico y a la valoración del crecimiento y bienestar fetal.
En esta ecografía también se investigan las anomalías de aparición tardía, como pueden ser hidrocefalia, dilataciones intestinales, obstrucciones renales, etcétera.
En casos necesarios se pueden hacer estudios Doppler, que nos ayudan a predecir el estado de salud del feto.