Después del tercer mes de gestación es importante que tu bebé adopte una posición adecuada donde su cabeza tenga un dirección hacia el canal del parto y recoja sus brazos y piernas hacia el centro de su pecho, esto le permite contar con la amplitud para desarrollarse durante los meses siguientes.
Sin embargo, hay ocasiones en que no es posible que él tome esta posición, y aunque esto en la mayoría de los casos se debe a una causa desconocida, no daña su desarrollo.
“Aunque en 1% de los embarazos de esta índole es una señal de que hay una anomalía en el útero, lo que deriva en malformaciones congénitas que ocasionan discapacidad”, explica el gineco-obstetra Jorge Kunhardt, director general del Hospital Médica Sur Lomas.
El especialista explica que los casos de mala postura fetal en donde puede darse un daño congénito son:
“Cuando la madre tiene en su matriz la presencia de tabiques, que son una especie de protuberancias, que le quitan espacio al niño para crecer. Esto hace que alguna extremidad como puede ser la nariz o los dedos de las manos y pies, estén apretados contra la pared uterina y al término del embarazo, presenten alguna malformación o falta de desarrollo completo”.
Otro motivo, indica Jorge Kunhardt, es la ruptura prematura de membranas, que es la bolsa en la que viene envuelto el bebé. Cuando se rompe parcialmente, el cuerpo de la madre la repara, sellándola por medio de una banda amniótica, pero ésta puede comprimir alguna parte del niño, produciendo un desarrollo anormal.
La severidad de la deformidad puede variar ampliamente desde la ausencia de un dedo hasta la de una extremidad completa o defectos en el abdomen o rostro.
Otros factores
El que la madre tenga un útero estrecho, también puede originar una mala postura fetal y que el bebé no tenga la amplitud suficiente para moverse. Esto a veces, genera displasia congénita de cadera, que es cuando los huesos del fémur se deslizan hacia fuera de esta articulación, lo que impide caminar normalmente a quienes lo padecen.
Qué hacer…
Gracias a la cardiotocografía, es posible que el médico vigile los latidos cardíacos del bebé en el útero y conocer si la mala postura lo está afectando. Después se debe vigilar la evolución del embarazo; si el bebé presenta una posición incorrecta y no conlleva ninguna anomalía congénita, es posible acomodarlo por medio de una maniobra externa o interna que debe practicarse en un hospital. Si no se puede reposicionar al niño manualmente, probablemente será necesario practicar una operación cesárea.