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Atonía uterina en el posparto, qué es, tipos y cómo se aborda

En la tercera fase del parto, conocida como alumbramiento, tiene lugar el desprendimiento de la placenta, que previamente se ha separado de las paredes del útero. Durante este proceso, el útero suele contraerse para que los vasos sanguíneos que conectaban las paredes de éste con la placenta se cierren. Pero puede ocurrir que el útero no se contraiga por falta de tono (atonía uterina), lo que provoca que los vasos sanguíneos permanezcan abiertos y se produzca una hemorragia severa, es decir, una pérdida de más de 1.000 mililitros de sangre.

A esta falta de tono que impide la contracción tras el parto se le llama atonía uterina y es la primera causa de hemorragia después del parto. Según los expertos, alrededor del 70% de los casos de hemorragia tras el parto se deben a una atonía uterina.

Si no se controla a tiempo, puede tener importantes riesgos, entre ellos la muerte de la mujer. Pero, por suerte, este incidente no es demasiado frecuente y suele ser fácil de controlar para los profesionales de la medicina.

Causas de la atonía uterina

Además de la falta de oxitocina, la atonía uterina o falta de tono del útero en el parto se debe a las siguientes circunstancias:

*Embarazos múltiples. *Bebés muy grandes. *Acretismo placentario, que es la adherencia anormal de la placenta a la pared uterina. *Antecedentes de atonía uterina. *Alumbramiento de placenta tardío.

Cómo se trata la atonía uterina

Con respecto al abordaje de este problema, la oxitocina y el masaje uterino son las opciones principales. El masaje debe ser combinado, lo que se conoce como maniobra bimanual, que consiste en masajear a la vez con una mano desde dentro del útero y otra por fuera. Si no fuera suficiente, se administra oxitocina.

En general, con estas dos herramientas se suele conseguir frenar el sangrado, pero si no fuera así, se recurriría a la intervención quirúrgica. Y, en los casos muy graves, se realizaría una histerectomía.

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